Viaje espiritual

Transitar el duelo

Mentiría si dijera que es fácil superar la pérdida de alguien querido, especialmente si el vínculo es muy estrecho.

Se requiere de una fortaleza interna y de un entendimiento más allá de lo que nos han enseñado para transitar el duelo sin perder el norte.

Cada persona es un mundo

Es muy fácil caer en una espiral destructiva que te atrapa y te engulle en un pozo oscuro del cuál luego es muy difícil salir.

Sin embargo, el proceso del duelo es inevitable.

Es necesario pasar por ese proceso aunque cada persona lo experimenta de manera diferente. No sería capaz de definir cuáles son sus fases, y de qué forma se manifiestan, puesto que siento que cada individuo las experimenta según su bagaje, su estado emocional y su desarrollo espiritual.

Si somos capaces de abrir nuestra mente más allá de las formas físicas, podemos experimentar un crecimiento personal extraordinario y una apertura de conciencia a todo aquello que nuestros sentidos no perciben.

Siente las emociones sin dejar que te dominen

La montaña rusa de emociones es inevitable. Hay muchos ajustes y reajustes que hacer a todos los niveles; asimilar, integran, entender (o no) la nueva realidad, y sobretodo aceptar la situación.

Las emociones son energía en movimiento, y es importante prestar atención cuando nos dejamos llevar por ellas irracionalmente. 

Es necesario dejar salir la tristeza, la furia, la rabia, el dolor y cualquier otra emoción negativa, siempre y cuando las mantengamos a raya, y no dejemos que tomen el control de nuestras vidas. 

De lo contrario, las emociones reprimidas pueden llegar a ocasionar desórdenes emocionales internos que pueden acabar afectando nuestra vida, a corto o largo plazo.

Es importante exteriorizar esas emociones para transmutar, transformar y poco a poco empezar a sanar. Esa energía que liberamos en momentos tan difíciles pueden ayudarnos como combustible para transmutar tanto dolor y seguir hacia adelante.

Mi proceso

Hoy hace 8 años que John se marchó.  Después de 10 días esperando un milagro, aunque anticipando lo que iba a pasar y al mismo tiempo intentando omitir esa realidad, su luz se apagó. 

Es difícil describir como fué para mí esa experiencia, sin embargo, la recuerdo como si fuera ayer.

Sentí como mi mundo se desmoronaba a mi alrededor, y allá donde mirara había un precipicio. Esa sensación me duró un tiempo, aunque después del huracán de emociones inicial llegó una calma inexplicable.

Quizás fuera porque ya entonces sentía que eramos más que un cuerpo físico. Sentía que John era más que lo que mis ojos podían percibir; que su cuerpo albergaba ese alma, esa energía, esa esencia que parecía superar cualquier forma física.

De algún modo sabía que él siempre me acompañaría, que su alma necesitaba transitar y que quizás ya había cumplido su objetivo en este plano, y había decidido seguir su camino y cambiar de nivel.

¿Echo de menos a John? Por supuesto. No hay día que no piense en él. Todo aquél que me conoce sabrá lo que significaba para mí, lo feliz que era y como su existencia cambió mi vida.

Expandir la conciencia

Puede sonar como locura, pero desde el primer momento sentí que pasara lo que pasara John iba a seguir conmigo siempre.

Quizás fué esa locura la que me ayudó a no caer en un pozo sin fondo. Quizás fué todo el aprendizaje y el viaje espiritual que llevaba acumulado el que me ayudó en esos momentos tan difíciles.

Si pensamos fríamente, desde un punto de vista pragmático dejando de lado los sentimientos; entendemos que la energía no se destruye sino que se transforma.

Entonces si somos energía; cuando morimos dejamos este plano físico para continuar con nuestro viaje del alma. Trascendemos esta realidad para pasar a un nivel superior y seguir nuestro camino.

Visto de esta forma resulta menos doloroso, aunque realmente el dolor es nuestro por lo que dejamos de tener aquí. Nunca contemplamos la posibilidad que quizás hay más después de la muerte y en parte, esta forma de pensar tan limitante, nos condena al sufrimiento, la tristeza y el dolor, por la falta de entendimiento.

Si pudieramos abrir la mente y expandir nuestra conciencia, dejar la puerta abierta a la posibilidad de que somos un alma encarnada en un cuerpo físico que viene a este mundo a experimentar, entonces la visión de la muerte cambia ligeramente.

Agradezco

Me siento afortunada de haber tenido la oportunidad de vivir tantas experiencias maravillosas con John, de su amor incondicional, de su maestría, y de todo lo que aprendí del mundo y de mí misma gracias a él.

Soy feliz porque soy capaz de sentir más allá de nuestra realidad física, de entender y seguir aprendiendo que somos energía, seres multidimensionales, espirituales viviendo una experiencia en esta realidad.

Me da paz entender que hay algo en cada uno de nosotros que perdura en el tiempo, que se transforma y evoluciona, que la esencia de aquel ser querido sigue con nosotros, aunque de otra forma.

Agradezco ser capaz de sentir que John sigue acompañandome en mi camino desde otro lugar, guiándome y dándome fuerzas cuando a veces flaqueo.

Soy consciente que cada uno de nosotros vivirá la muerte desde sus creencias, emociones y circunstancias y quizás no coincida con mi modo de ver, lo cual acepto y respeto.

Y coincido totalmente con la frase que dice: «el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional».

Gracias por tanto allá dónde estés. Te quiero.

Silvia x

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